Un año

Llevamos un año echándote de menos. Cada día, en cada pequeña decisión, y en las más importantes. Cuando tratamos de poner en claro las hipótesis y cuando no sabemos cómo redactar una frase en un informe para una familia. Mientras discutimos artículos en un seminario, y antes de ayer, paseando por el Retiro con Sue y con Eva. Ante el vértigo de todo lo que queda, y el asombro de no entender cómo hemos llegado hasta aquí. Ahora mismo, por ejemplo, nos vendrían muy bien tus dotes de intérprete. Hoy necesitaríamos una palabra en la que cupiera toda la falta que nos haces, y la gratitud inmensa que sentimos por haber podido compartir vida y ciencia contigo. No dio tiempo a que te conocieran todos, pero ya te conocen, y los que vengan te conocerán también; leemos tus textos y hablamos de ti, de tu manera de mirar, de tu capacidad para ver lo que los demás ni imaginamos. Somos muy conscientes de que sin ti nada de esto sería posible. En la ciencia se nos está haciendo muy difícil no tenerte; en la vida a algunos nos resulta insoportable. Giulia dice que Traberitea tiene alma, y es verdad. Lleva las uñas doradas, bebe champagne y tiene los ojos más brillantes del mundo.